Roma.- Un grupo de empresarios homosexuales ha publicado hoy un manifiesto en los principales periódicos locales en el que afirman: “También somos familia”, como respuesta a quienes, apoyados por la Iglesia Católica, se manifestarán esta tarde en contra de la ley de convivencia.“En Italia cerca del 10% de la población es homosexual: cinco millones doscientas mil personas, que no están contra la familia, sino que piden la tutela de sus propios núcleos familiares”, se explica en el documento.
El manifiesto, que indica que la cifra del 10% es recogida del instituto sociológico Eurispes, considerado como uno de los más prestigiosos en Italia, señala también que los homosexuales son “la minoría más importante negada completamente sin parangón con ninguna otra”.
“Italia no ha cumplido todavía las Directivas Comunitarias” que señalan que “todos los ciudadanos de la Unión tienen hoy los mismos derechos independientemente de su origen, nacionalidad, condición social, credo religioso u orientación sexual”, denuncian los firmantes del documento.
Y agregan que, en ese sentido, Italia ha sido superada “incluso por la catolicísima España, la ex comunista República Checa y la Francia del nuevo presidente Nicolas Sarkozy, representante de una derecha moderna y laica, que se ha declarado a favor de las uniones civiles”.
El manifiesto se publica en un día en que en Roma se desarrollará una concentración contra la ley de convivencia.
Esa ley nació para regular las parejas de hecho, pero la presión de los grupos de centro y democristianos presentes en el Gobierno llevó a la aprobación de una norma que reconoce derechos civiles a cualquier pareja que viva bajo el mismo techo, incluidos compañeros de estudios.
Bajo el lema “Más Familia”, la manifestación ha sido convocada por el Foro de las Asociaciones Familiares, entre los que figura el movimiento católico Comunión y Liberación, y cuenta con el apoyo expreso de la Conferencia Episcopal Italiana y de los partidos de derecha.
Los seguidores católicos y de esos movimientos se han visto reforzados por las palabras pronunciadas ayer en Brasil por el papa Benedicto XVI, quien ha atacado directamente leyes aprobadas por Gobiernos democráticos como la del divorcio y la de las uniones civiles.
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